domingo, 3 de abril de 2011

Primer Millar. Recapitulando



Esta entrada (la número 14) es muy especial: festejo mi primer millar. El día 2 de abril de 2011 tuve el visitante número mil a este blog. No esperaba yo tan pronto alcanzar ese número. Es gratificante para mí saber que hay muchos usuarios que de alguno u otra forma visitan mi espacio de reflexión. Sin duda, alguien que ha sido de gran apoyo es Manuel, que sin faltar en ninguna entrada ha dejado su comentario. Muchas gracias, Manuel, también por el apoyo que me has dado y los consejos sabios.
Como es de esperarse, la mayoría de los visitantes son de mi propio país, México (231), pero España no se queda atrás (131), seguida ya un poco más lejos por Estados Unidos (29), Colombia (25), Chile (19), Perú (17), Argentina (14), Venezuela (12) y otros países más (disculpen los visitantes si omito su país, pero son alrededor de 22 países).
Más que el número de visitantes, me interesa que los contenidos que pongo aquí les sean de utilidad, les ayuden no sólo como cultura general, sino que les permitan conocer, profundizar y vivir de mejor manera la religión católica.
Por esta misma razón, les pido a mis visitantes que si tienen alguna inquietud o sugerencia de tema, con gusto lo abordaré (siempre y cuando obviamente esté dentro de mis capacidades y no sin realizar una buena investigación). En mi cabeza tengo muchos temas pendientes, pero me gustaría mucho saber sus inquietudes.
 Si hacemos una recapitulación breve, salvo la “interrupción” sobre la beatificación de Juan Pablo II (Beato Juan Pablo II) y el Miércoles de Ceniza (Martes de Carnaval), hemos hablado primero sobre la fe y la razón, sobre cómo la ciencia y la teología se pueden ir ayudando a encontrar la verdad y cómo debe ser esta relación armónica (Dos Alas, La Estrella).
A continuación comenzamos por definir las fuentes del estudio de la Religión (La Estrella) para luego realizar un primer acercamiento sobre la Biblia, donde partimos del hecho que la Biblia es un libro Divino y, por lo tanto, no se equivoca en su mensaje de salvación (¿Libro Divino o humano?) y luego fuimos acercándonos a algunas pautas para una lectura más crítica de la Biblia, no sin dejar de lado a los Evangelios Apócrifos (Estigma, El evangelio de Judas 1 y 2).
Pero un punto clave, fundamental, que no he abordado directamente en las entradas anteriores (pero que con ello quiero cerrar este primer “ciclo” sobre la Biblia) es que los judíos consideraban a la Palabra como “Viva y eficaz”.
Cuando los saduceos interrogaron a Jesús con respecto a la resurrección de los muertos (ya que ellos no creían en la Resurrección: Mt 22,23-32) a través del ejemplo de una viuda que se casaba con siete hermanos (uno a la vez) pero sin tener descendencia, Él les responde una forma clara: «Y en cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no han leído lo que les fue dicho por Dios, cuando dijo: "Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob"? Él no es Dios de muertos, sino de vivos».
Puede haber (y de hecho hay) un sinfín de interpretaciones a esta cita bíblica, pero la que me interesa compartir con ustedes es la siguiente: la Palabra de Dios, si bien fue escrita hace ya cientos de años, está dirigida a nosotros, los vivos. La Biblia es actual, su mensaje es para cada uno de nosotros, Dios nos habla en nuestro tiempo, en nuestra realidad, y nos invita a amarlo. Por eso es viva y eficaz.
Hay muchos métodos para leer la Biblia, pero algunos sencillos pueden acercarnos a Ella sin mucha dificultad.
En algunos lugares recomiendan abrir al azar una página de la Biblia y leer un pasaje, y “con seguridad ese es el mensaje de Dios para ti en ese momento. Nada más falso y perjudicial. Al leer de este modo, sacamos el pasaje de su contexto, lo leemos a medias y entonces tenemos que “forzar” la interpretación del pasaje a un mensaje para mí. No es este un método que recomiende si se quiere comenzar el camino de la lectura bíblica.
Un método eficaz, provechoso, puede ser la lectura ordenada de pasajes bíblicos, y sólo necesitaríamos de tres a cinco minutos diarios de lectura y unos cuantos de reflexión. Recomiendo comenzar por los evangelios, porque en ellos Dios nos habla directamente y toda la Biblia (sí, toda) se entiende plenamente a la luz de ellos.
Es importante comenzar por ponerse en la presencia de Dios, con una oración sencilla y a continuación leer el pasaje (insisto, en secuencia, es decir, lo que sigue del pasaje que leí el día anterior). Una vez que termino (pueden ser de tres a cinco minutos) me hago preguntas como ¿Quiénes son los personajes que aparecen? ¿Qué quiso decirles Jesús? Si yo estuviera en ese pasaje y tiempo, ¿Con quién me identificaría? ¿Qué me diría Jesús? Y, algo muy pero muy importante, ¿Qué cosas debo hacer para vivir este mensaje? Obviamente no se tiene que seguir este cuestionario, la idea es que sea algo natural, un diálogo con Dios (pues no olvidemos que es Él quien nos habla, e incluso hasta podemos preguntarle a Él), que nos debe llevar a un cambio en nuestra vida (aunque sea pequeño). Para concluir el momento, le agradecemos a Dios lo que pudo habernos inspirado.
Hay otros métodos, que más adelante iremos abordando.
El próximo domingo (y durante esa semana) estaré publicando varias entradas con motivo de la Semana Santa y la Pascua: en ellos explicaré un poco del sentido que cada uno de esos días tiene (Domingo de Ramos, Jueves, Viernes y Sábado Santos, Domingo de Resurrección y el tiempo de Pascua), con la intención de ayudarnos a vivir mejor estos días. Después de esos posts, abordaré otros temas (que si ustedes gustan me pueden sugerir).

2 comentarios:

  1. Poco a poco Toño se logran objetivo.

    Hay una aplicación en facebook, blogalaxia que te puede dar incluso en que posición esta tu blog en México.

    Saludos y ahora por los 2000 ;D

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  2. Hola Manuel:

    Poco a poco se va avanzando. Lo importante no es la rapidez, sino que tenga impacto. Ya instalé la aplicación de Facebook, pero me pide que "demuestre que soy el autor" jajajajaja-

    Saludos =D al rato me paso por tu blog

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