Dédalo e Ícaro |
Uno de los sueños más antiguos de la humanidad es poder levantar el vuelo. Desde el mito de Ícaro, pasando por los diseños de Da Vinci y hasta llegar a nuestros días, este anhelo ha sido constante. Para la mayoría de las aves, animales a los que comenzamos por imitar en los primeros diseños, volar es posible gracias a las alas: si éstas no son lo suficientemente fuertes o desarrolladas (como en el caso del avestruz), o si le falta alguna de ellas, el animal no podrá levantar el vuelo.
El hombre, al igual que las aves, también posee dos alas que le permiten elevarse en el cielo del conocimiento de la realidad. Según el desarrollo que de ellas haga, podrá volar como águila real, o seguir en el suelo como avestruz.
Estas alas son la razón y fe, el conocimiento que nos viene por la ciencia humana y aquél que nos viene de Dios. Pensar en que sólo basta una para conocer la realidad, es igual de descabellado que afirmar que la golondrina puede migrar con un ala atada.
Para volar, el ave bate las alas en sincronía, en armonía. Para conocer, el hombre debe ejercitar su razón y su fe armónicamente. Hace ya bastantes cientos de años, san Agustín de Hipona (a quien dedicaré uno de los blogs posteriores), buscó ávidamente la verdad que la buscó por numerosos caminos, y al final de una larga búsqueda descubrió una fórmula simple pero profunda: crede ut intelligas («cree para comprender»), intellige ut credas («comprende para creer»).
La ciencia positiva (matemáticas, física, química, etc.) nos proporciona con su riguroso método científico un conocimiento cada vez más profundo y perfecto de la realidad, pero sin alcanzar la perfección absoluta. Baste citar, por ejemplo, la física.
Stephen Hawking |
Newton revolucionó el mundo con la Teoría de la Gravedad a tal grado que se le consideró como explicación definitiva (Ley). Pero luego vinieron dos teorías que la desplazaron: la Teoría de la Relatividad de Einstein y la Mecánica Cuántica. La primera es mucho más precisa (y compleja) que Newton a escala espacial y la segunda lo es a niveles atómicos. Ambas son excluyentes (no pueden ser ciertas a la vez), así que se ha buscado en vano una Teoría del todo (Teoría de las Cuerdas). El astrofísico Stephen Hawking en su libro “Historia del Tiempo”, dice que las teorías físicas son siempre provisionales, pues “a pesar de que los resultados de los experimentos concuerden muchas veces con la teoría, nunca podremos estar seguros de que la próxima vez el resultado no vaya a contradecirla”.
La razón humana, por naturaleza (“humana”) es limitada, sólo puede conocer lo que percibe por los sentidos (así lo dijo ya desde antaño Aristóteles). El hecho que algo no se pueda percibir, no quiere decir que no exista.
Cuando la razón “falla” está la fe. No hablo del fanatismo que justifica imponer con la violencia la religión, ni del que niega toda intervención de la ciencia, ni tampoco de la que condena sin análisis a Darwin y su teoría, hablo de una fe razonada, que trabaja en armonía con la razón, que va más allá de los límites de lo sensible y lleva al hombre a conocer a Dios.
Armonía no es mezclar campos (el Papa no hace ciencia y el físico no hace teología), sino trabajar en conjunto y orientarse hacia la verdad: entender para creer y creer para entender.
El Papa Benedicto XVI, en un discurso en la Universidad de Ratisbona (12de septiembre de 2006), afirmó que el verdadero progreso se logra sólo cuando “la razón y la fe se vuelven a encontrar unidas de un modo nuevo”, esto es, si reiniciamos el diálogo entre la fe y la razón, si cuestionamos sanamente la fe desde la razón y viceversa.
En este blog cada semana abordaré un tema de la religión católica o científico (sobre todo en el aspecto ético), analizándolo para entender mejor porqué los católicos creemos de esta forma o porqué defendemos tal postura ética sobre la ciencia.
La foto que elegí de perfil es un cuadro de la época Virreinal de Santo Tomás de Aquino, uno de los teólogos que buscó armonizar la fe y la razón durante toda su vida.
Muy bien toño. Pues esperamos mas entradas a ver que podemos aprender.
ResponderEliminarme encanto el blog, quiero empezar a "comprender para creer"....sere una fiel seguidora...Exitos!!
ResponderEliminarFelicidades, me encantó tu blog, es una estupenda idea para que conozcamos y crezcamos en nuestra fé.
ResponderEliminarwow toño, de verdad es muy interesante, q bueno q haya personas como tu q se preocupen por intruir a los q somos ignorantes, a ver si saí comenzamos a amar mas la "fe" q decimos profesar. Felicidades!!
ResponderEliminarToño, que gusto empezar el año con la noticia de tu blog, abrir el diálogo entre las culturas y tener presente la acción de Dios en nuestras vidas, en hechos que suceden, haciendo puentes entre fe y razón. Un fuerte abrazo. Luis Manuel
ResponderEliminarToño:
ResponderEliminarAunque ya comente sobre tu blog en el correo debo decir que la segunda lectura me ha dado detalles que no había visto.
Ya me hice seguidor de tu blog. Ahora comenzará a crecer y darse a conocer. Un trabajo de hormiga, pero gratificante.
Si te gusta la historia puedes encotrar en mi blogroll el de dioses heroes y reyes. y con cierto sabor a veneno....
Gracias por sus comentarios.
ResponderEliminarPrimero las damas:
Ari, muchas gracias por tus comentarios, precisamente el objetivo es entender que la religión tiene elmentos que debemos entender para poderla vivir.
MaryCarmen: Gracias por tu apoyo, el cual estoy seguro que seguiré contando.
Ahora los caballeros:
Clemens, gracias por tu interés (se aceptan sugerencias de temas).
Jaime: más que instrucción, es compartir la fe, es aprendizaje para todos (incluyéndome a mí)...
Luis Manuel: Tú bien sabes que una de las herencias del Vaticano II fue precisamente el diálogo con la cultura... es hacer actual la fe. De alguna forma tu labor me dio la idea...
Manuel: Muchas gracias por leer el blog... efectivamente es trabajo de hormiga, pero que rendirá frutos sin duda. Prometo darme una vuelta por el blog que me recomiendas... me encanta la historia
Saludos para todos...