lunes, 28 de marzo de 2011

El evangelio de Judas (2)


Voy a colocar cuatro fragmentos del evangelio de Judas. Sugiero poner atención en las palabras subrayadas o en negrita:
«A sabiendas de que Judas estaba reflexionando sobre algo, pues estaba exaltado, Jesús le dijo, “Aléjate de los demás y te diré los misterios del reino. Es posible para ti alcanzarlos, pero tu agravarás el gran pacto para cualquier otro que te remplace, en orden de los 12 discípulos vendrá a ellos la complementación con su dios».
«Ninguna persona de nacimiento mortal es digna de entrar a la casa que has visto, para ese lugar se reserva a lo sagrado (santo), Ni el Sol ni la Luna regirá ahí, ni el día, sino lo santo morará ahí siempre, en la región eterna con los ángeles santos, observa lo que te he explicado los misterios del Reino»
«Yo te enseñaré acerca (de secretos) que ninguna persona (ha ) visto antes. Por ellos existe una gran e ilimitado Reino, cuya extensión ninguna generación de ángeles ha visto, (en la cual) existe un gran espíritu invisible que ninguno ojo de un ángel ha visto antes, ni el pensamiento del corazón nunca ha comprendido, y nunca fue llamado por ningún nombre»
«Entonces Saklas le dijo a los ángeles, “Creemos (de crear) un ser humano a imagen y semejanza”. Ellos dieron figura a Adán y su esposa Eva, quien es llamada en la Nube, Zoe por este nombre todas las generaciones buscarán al hombre, y cada uno de ellos llamará a la mujer por esos nombres»
Las palabras “misterios” y “secretos” son repetitivas, pues son elementos fundamentales del gnosticismo: como es el conocimiento lo que salva, quienes no han sido considerados dignos simplemente no tienen acceso a ese conocimiento, convirtiéndose en eso: secretos y misterios, pero no en el sentido de algo que es imposible de comprender totalmente, sino en el de algo que es inalcanzable para todos.
De esta forma, Judas se convierte en el depositario de la revelación y, los demás que adoran a su dios (los otros apóstoles) terminarán por rechazarlo porque en ellos no existe la semilla del conocimiento ni tampoco el origen “divino” que ha predestinado a Judas: “Ninguna persona de nacimiento mortal es digna de entrar a la casa que has visto, para ese lugar se reserva a lo sagrado”.
Hay una cierta oposición entre el dios de los apóstoles y Jesús mismo (él se refiere al otro como “su” dios en minúscula, nunca como Dios, mi Padre, etc.): hay dualidad, discontinuidad entre el Dios del Antiguo Testamento (que es malo, según el gnosticismo) y el del Nuevo, que ha enviado a Jesús. De hecho se menciona a Saklas, los ángeles, Nube, Zoe, que no son otra cosa sino formas de llamarle a diversos dioses que forman parte de la teología gnóstica. Al final, no es un Dios Uno y Trino, sino un conglomerado de muchos dioses que se van generando entre sí y que muchas veces son antagónicos.
El gran peligro que representó este movimiento (y digo gran porque en verdad tuvo mucho “pegue” en su época) era que limitaba por un lado el acceso a la salvación: Cristo no murió por todos los hombres, sino solamente por aquellos elegidos (Por ellos existe una gran e ilimitado Reino…). ¿Y Los demás? Gracias por participar, pero no fueron elegidos por Dios, no tienen ese “rastro” divino que los hace ser llamados a profundizar en los misterios de Dios.
Al final, nos queda la imagen de un Dios o más bien, de muchos dioses que han intervenido a lo largo de la historia (unos creando el cielo, otros a los hombres, otros enviando a los profetas, otro viniendo a salvar el mundo y otro el que regirá al final), es decir, un politeísmo velado (pues cada dios incluso puede estar “peleado” con los demás) al que sólo unos cuantos podrán acceder. ¿No es acaso más restrictivo esto que el supuesto “control” ejercido por la jerarquía según lo escrito por National Geographic?

sábado, 19 de marzo de 2011

El evangelio de Judas (1)

En mayo de 2006, la revista National Geographic publicó un artículo sobre el Evangelio según Judas. Si tienes oportunidad de leerlo, te darás cuenta exactamente de cómo no se hace una crítica histórica de la Biblia.
Según la revista, se descubrió en el desierto de Egipto un manuscrito en copto (egipcio escrito con caracteres griegos) que databa, según el Carbono 14, de entre el año 220 y 340, lo cual lo convierte en una verdadera reliquia histórica.
¿Por qué tanto revuelo por este tema? Ya en la entrada anterior hablé un poco sobre el gnosticismo. Pero eso no es suficiente.
Ya hablando en términos cristianos, significa “conocimiento revelado”, superior a la fe (gnosis) es un conocimiento absoluto, perfecto e intuitivo, especialmente de la divinidad y de sus misterios, que pretendían alcanzar los gnósticos (iniciados), por medio de una transmisión de tinte esotérico. El conocimiento podría entonces despertar las semillas del Ser Divino que cayeron en la materia. Mezcla (malsanamente) elementos orientales, griegos, judíos y cristianos.
San Ireneo de Lyon


Como secta cristiana, surge en el s. I y alcanza su apogeo en el siglo II (130-180), comenzando su decaimiento en el s. III. Hay algunas referencias en los escritos del Nuevo Testamento (Col 2, 8; 1 Tim 1, 3-4; 1 Tim 6, 20). Sus centros principales fueron Siria y Alejandría.
El gnosticismo se conoce principalmente por san Ireneo de Lyon y los escritores eclesiásticos que lo combatieron. Los textos gnósticos que han sobrevivido están en copto (como el evangelio en cuestión).
Sin querer abundar mucho en este tema, creo que podemos resumir las tesis gnósticas y contrastarlas contra las cristianas en el siguiente cuadro (elaborado por Umberto Eco)

Cristianismo
Gnosticismo
Modelo general
Conquista a los pueblos (todos)
Conquista a las élites
Público
Secreto
Es pensamiento histórico (reconoce e integra el pasado)
Es pensamiento antihistórico
El tiempo es parte de la Redención
El tiempo es un error de la creación
Dios y el mundo
Dios es unidad y no contradicción
Dualismo
Dios es diverso del hombre
Unidad de Dios y del hombre
Dios ama el mundo
Dios odia el mundo
El mundo es bueno
El mundo es malo
La carne es buena y resucitará
La carne es despreciada
El Mal
Es un accidente de la creación
Es parte de Dios y del mundo
Es un accidente de la libertad
El hombre no es responsable del mal
Hay que huir del mal
Hay que conocer el mal, practicarlo para vencerlo
Conocimiento
La historia como redención
La historia como progresiva caída
La verdad es pública
La verdad es secreta
SALVACIÓN
Podemos liberarnos del pecado
Sólo los elegidos se liberan del pecado
Todos pueden conocerla
Sólo pocos pueden conocerla
Conocimiento explícito de la fe (cualquier persona)
La salvación es un secreto reservado a pocos
Espíritu misionero de la Iglesia
Espíritu sectario de la gnosis
La salvación es volver a Dios
La salvación es volver a ser Dios

Las tesis del gnosticismo, más que no convenir a la jerarquía que se estaba formando en la Iglesia, según lo dicho por la revista, no cumplían con los requisitos de inspiración de los cuales ya hemos hablado (novena entrada: ser o no ser). Vamos revisando uno por uno:
1.    Unidad y coherencia interna: De acuerdo con el gnosticismo, el Dios del Antiguo Testamento es malo, vengador, castigador; en cambio el del Nuevo Testamento es bueno, salvador. No hay una continuidad, una coherencia interna entre ambos testamentos (pues fueron “inspirados” por diferente Dios). Recordemos que Dios no puede contradecirse a sí mismo, es decir, no puede decir “ahora sí” y luego “dijo mi mamá que siempre no…”. Este criterio no lo cumple. Sólo a modo de ejemplo, continuaré analizando los otros dos criterios, pero si no cumple uno, es motivo suficiente para no reconocerlo como inspirado.
2.    Antigüedad: Este criterio, según la investigación histórica, sí se cumple, pues es contemporáneo a los apóstoles o sus primeros sucesores.
3.    Uso de la comunidad: La revista National Geographic argumenta que san Ireneo de Lyon escribió un libro, llamado Adversus haereses (Contra los herejes) porque regresó a su comunidad y la encontró corrompida por el gnóstico Marción. Esto nos haría suponer que este evangelio fue usado por dicha comunidad. ¿Eso lo hace válido? No hay una evidencia histórica de que su uso se haya extendido por todas (ojo, todas, no muchas) las comunidades primitivas, pues muchas no reconocían estos textos como inspirados.

En la siguiente entrada continuaremos hablando con mayor detalle sobre este evangelio.

domingo, 13 de marzo de 2011

Estigma

Cartel publicitario de "Estigma"
En 1999, Rupert Wainwright filmó la película  "Estigma" (Stigmata). Es una buena película de suspenso tipo policíaco (al igual que Ángeles y Demonios, El Código Da Vinci, etc.) pero de un contenido religioso muy superficial.
La trama está basada en una muchacha norteamericana de costumbres "disipadas" llamada Frankie Paige (Patricia Arquette), quien es "poseída" por el espíritu de un sacerdote recién fallecido en Brasil. Ella comienza a experimentar los estigmas (las heridas de Cristo en la Cruz: las perforaciones en manos y pies, en el costado y las señales de la corona de espinas).
Un sacerdote es enviado por parte del Vaticano a investigar, puesto que además de la aparición progresiva de los estigmas ella va teniendo una especie de revelaciones, y comienza a hablar en lo que se identifica en arameo y a escribir fragmentos de un texto, el cual es fotografiado y remitido al Vaticano para su estudio.
La Iglesia, temerosa del contenido (pues descubre que se trata de un evangelio apócrifo que, para variar, amenaza con destruirla desde su base) busca a toda costa destruirlo y ordena sea suspendida su traducción. Con una trama digna de Hollywood, la película finaliza con el descubrimiento del manuscrito en cuestión entre los efectos personales del sacerdote fallecido y con una frase del mismo texto: "Mas el Reino está dentro de vosotros y fuera de vosotros. Cuando lleguéis a conoceros a vosotros mismos, entonces seréis conocidos y caeréis en la cuenta de que sois hijos del Padre Viviente. Pero si no os conocéis a vosotros mismos, estáis sumidos en la pobreza y sois la pobreza misma".
De acuerdo con la película, este evangelio fue escrito por Tomás Apóstol y en vano la Iglesia ha intentado desaparecerlo, puesto que la frase que anteriormente escribí significa que el "poder" que tiene ella desaparecerá, porque el Reino de Dios es interior, independientemente de la religión o de una estructura (y eso, dicen, no le conviene a la Iglesia).
Entramos al escabroso tema de los apócrifos. Digo los (y no evangelios) porque hay un sinnúmero de textos considerados como apócrifos (pueden consultar la novena entrada del blog: Ser o no ser, he ahí el dilema). El caso es que Tomás es uno de los más controvertidos.
Hay diversas teorías con respecto a su fecha de redacción, unas lo asumen previo a los Evangelios canónicos, otras que es posterior. El hecho es que no está considerado dentro de los Evangelios canónicos (recordemos que el concepto de canónico significa que ha sido reconocido como inspirado y está inscrito en la lista de libros inspirados).
Edición de los Evangelios Apócrifos
No es que la Iglesia tema que se conozca la verdad sobre este evangelio (con minúscula) porque se conmocionará desde sus cimientos y se destruirá (ese es un argumento de Hollywood). De hecho he de decirles que tengo en casa unos libros (de una editorial católica, pero no es el de la foto) que recogen a gran parte de los escritos apócrifos (del Antiguo y del Nuevo Testamento) y que ya he leído algunos.
Este evangelio no es un relato estructurado como los demás, sino es un conjunto de dichos (114), algunos de los cuales aparecen en los cuatro Evangelios, pero muchos otros no.
El problema “pequeño” y que no se alcanza a dimensionar es la postura filosófica que hay detrás de este evangelio y de otros más (incluyendo el de judas): el gnosticismo. A reserva de abundar más, pero este movimiento filosófico-religioso se caracteriza por varios elementos, pero en el que me quiero enfocar es en el hecho de que solamente unos cuantos han sido elegidos por Dios para tener el conocimiento (gnosis en griego es conocimiento) que los salvará (es decir, los no-elegidos no tienen acceso al conocimiento y, por tanto, a la salvación).
Pongo como ejemplo unos cuantos dichos.
Dijo Jesús a sus discípulos: «Haced una comparación y decidme a quién me parezco». Dijóle Simón Pedro: «Te pareces a un ángel justo». Díjole Mateo: «Te pareces a un filósofo, a un hombre sabio». Díjole Tomás: «Maestro, mi boca es absolutamente incapaz de decir a quién te pareces». Respondió Jesús: «Yo ya no soy tu maestro, puesto que has bebido y te has emborrachado del manantial que yo mismo he medido». Luego le tomó consigo, se retiró y le dijo tres palabras. Cuando Tomás se volvió al lado de sus compañeros, le preguntaron éstos: «¿Qué es lo que te ha dicho Jesús?» Tomás respondió: «Si yo os revelara una sola palabra de las que me ha dicho, cogeríais piedras y las arrojaríais sobre mí: entonces saldría fuego de ellas y os abrasaría» (dicho 13).
Dijo Jesús: «Yo comunico mis secretos a los que [son dignos] de ellos. Lo que hace tu derecha, no debe averiguar tu izquierda lo que haga» (dicho 62).
Dijo Jesús: «Si os preguntan: ¿De dónde habéis venido?, decidles: Nosotros procedemos de la luz, del lugar donde la luz tuvo su origen por sí misma; (allí) estaba afincada y se manifestó en su imagen. Si os preguntan: ¿Quién sois vosotros?, decid: Somos sus hijos y somos los elegidos del Padre Viviente. Si se os pregunta: ¿Cuál es la señal de vuestro Padre que lleváis en vosotros mismos?, decidles: Es el movimiento y a la vez el reposo» (dicho 50).
La cuestión es la siguiente: de acuerdo con esta postura, solamente los iluminados son los capaces de entrar al Reino. Al final, la salvación que Cristo vino a traer sólo fue para unos cuantos, elegidos, y los demás deberán conformarse con estar fuera del Reino. Nada de lo que haga o deje de hacer cambiará mi destino: si soy elegido, me salvaré, si no lo soy, me condenaré, pues así lo decidió Dios desde el principio.
Esta es solamente una pincelada del gnosticismo, pero en la siguiente entrada lo abordaré con mayor detalle esta postura, que quedará más clara con el evangelio de Judas Iscariote.

lunes, 7 de marzo de 2011

Martes de Carnaval


Carnaval de Río
En numerosas ciudades costeras es famoso el carnaval, una fiesta en donde los sentidos se recrean al máximo: hay disfraces, colores, movimientos, bailes, comida, bebida y otras diversiones más para todos los gustos. El sentido “religioso” es por la “preparación” para la Cuaresma (larga y sin carne, suelen decir en México), ya que es una época de “ayuno, penitencia, privaciones, etc.” y pues hay que prepararse.
Procesión del silencio
La verdad es que hace muchos años (me refiero a casi sus inicios), la Cuaresma efectivamente eran 40 días de ayuno y sacrificio (sí, en los 40 se ayunaba). Esa era una época muy enfocada en la mortificación corporal y en la penitencia exterior: los penitentes cumplían una pena externa por sus pecados (un letrero, una cierta vestimenta), nacen las procesiones del silencio y muchas manifestaciones de penitencia exterior.
Como era una época en que el exterior contaba demasiado (me refiero en cuestión de vivencia de la religión), no había un verdadero convencimiento (me refiero al carnaval) sobre el significado real de la Cuaresma y entonces había que “reponer” los gustos que no se podían dar durante esos días.
Desgraciadamente, por lo menos en México, esto no ha cambiado mucho. El Miércoles de Ceniza, el cual marca el inicio de la Cuaresma, es el día en el que hay más afluencia de gente en los templos, salen cristianos hasta por debajo de las piedras y todos quieren “tomar ceniza”. Algunos templos hacen celebraciones cada media hora donde imponen la ceniza a los asistentes y se ven obligados a cerrar las puertas para evitar que sólo tomen la ceniza y se vayan (o hacer una fila interminable de gente). Simplemente puedo decir que menos de la cuarta parte de esa gente asiste regularmente a Misa (ya no digamos cada domingo, sino cada mes al menos). La gente se confiesa “de no haber ido a tomar Ceniza el Miércoles”, pero omite otros “peces gordos”.
Polvo eres...
La Ceniza y la Cuaresma tienen un significado más profundo que lo anterior. Exigen un cambio de vida radical. La Ceniza nos recuerda que “polvo somos, y al polvo hemos de regresar”. No es el terror a la muerte, amenazarnos con el fuego y el castigo eternos. Simplemente es recordarnos el hecho básico que todo ser humano enfrenta: algún día moriremos y tendremos que rendir cuentas de nuestros actos. Pecamos, sí, pero podemos “arrepentirnos y creer de nuevo en el Evangelio”.
La ceniza se convierte en un signo, en un recordatorio, que no es un amuleto ni la fórmula para enderezar mi sendero hacia Dios. Dios me dará su ayuda en la medida en que yo me prepare para recibirla y aceptarla. Eso se hace a través de tres acciones, muy simples pero que implican un verdadero compromiso.

Oración.
Basta la soledad para orar
Hay que fomentar el trato con Dios. No sólo es recitar padrenuestros y avemarías o credos y salves, es platicar con Él como se platica con un amigo. Es difícil hacerlo en un mundo lleno de ruido, de la imagen, en donde hay una alergia a estar solo y en silencio. Pero al final, solamente ahí, en soledad y silencio, es donde Él habla y nosotros podemos escuchar.
No es necesario dedicar días enteros, lo importante es que le dediquemos más tiempo del habitual al trato con Dios. Cinco minutos pueden ser un buen comienzo para quien nunca se ha acordado de Él. Qué mejor si esos minutos son en familia.
La Oración no puede estar completa sin participar en la Misa. El encuentro personal con Dios en la oración nos debe llevar al encuentro comunitario con Él. Recibirlo en la Comunión debe ser “la cereza del pastel”. Para ello será necesario hacer el ejercicio de examinar nuestra conciencia, y recibir el perdón de Dios a través de la confesión (Reconciliación, Penitencia, como acostumbres llamarle). La Cuaresma es un tiempo excelente para recobrar esa amistad perdida.

Ayuno.
Ayuno y oración: la receta secreta
Las disposiciones actuales para México indican que el ayuno es obligatorio entre los 18 y 60 años sólo el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, en tanto que abstenerse de carne (res, cerdo, aves) lo es entre los 14 y 60, exceptuando a las personas enfermas y embarazadas. A veces esta disposición se confunde (nos sale lo fariseo y nos vamos por lo textual sin entender el sentido) y nos olvidamos que el primer ayuno que debemos hacer es el de pecar. De nada sirve que yo observe el ayuno y la abstinencia si sigo viviendo mi misma vida sin mover un solo dedo por cambiar (esto no debe servir de pretexto para decir: “¿Para qué ayuno entonces? Mejor no ayuno y sigo igual”).
Ayuno significa mortificación, negarme en algo que es lícito pero que me puede ayudar. ¿Algunos ejemplos? Reducir el tiempo de ver televisión, o de internet, o no comer esa comida que tanto me gusta, o comer la que no me gusta. Nuestra creatividad nos debe llevar a realizar obras pequeñas, pero que signifiquen un esfuerzo para nosotros.
El sentido no es “sufrir por sufrir” (no somos masoquistas). Sabemos que nada hay que se consiga sin esfuerzo y estos pequeños sacrificios nos ayudan a acrecentar nuestra fuerza de voluntad, a reparar (aunque sea un poco) nuestros pecados. Estos pequeños sacrificios no deben desplazar (en modo alguno) al ayuno y abstinencia alimenticios, más bien los complementan, los plenifican.

Limosna.
A veces la relacionamos sólo con dar dinero o cosas que nos sobran. Eso es bueno, pero no es suficiente. Decía la Beata Madre Teresa de Calcuta: “Hay que dar hasta que duela”. No es masoquismo, sino que hay que dar de uno mismo. En este mundo tal vez lo más valioso que tenemos, es el tiempo, y eso es lo que deberíamos dar.
Limosna: dar de sí
Tiempo para convivir con la esposa o esposo, con los padres o los hijos, con ese familiar anciano o enfermo, con ese vecino que nadie visita, o con aquella persona que está en el hospital o el asilo. Dar un consejo a quien lo necesita, consolar al que sufre, enseñar al que está equivocado, visitar el enfermo, vestir al desnudo… sí, son las obras de misericordia corporales y espirituales, y en la Cuaresma deben estar de moda.
La limosna nos debe llevar a sentir verdadero interés, compasión, amor por la otra persona. No es impersonal, no es depositar una moneda en el bote de la persona que pide dinero (personalmente les confieso que tengo mis reservas hacia esas personas), sino es depositar algo de mí (mi tiempo, mi conocimiento, mi vida…) en otra persona.

Estas tres obras, Oración, Ayuno, Limosna, nos deben acercar más a Dios y a las personas que nos rodean. La Cuaresma tiene sentido solamente si la vivimos así.
El año pasado di clases en un Colegio Particular, a alumnos de entre 12 y 15 años. Diseñé un Calendario Cuaresmal, en donde yo les proponía una obra diaria, pequeña, pero que los hiciera vivir mejor su Cuaresma y ellos tenían que anotar si lo hicieron o no. Les comparto este calendario, es probable que les pueda aportar algunas ideas sobre cómo vivir este tiempo de oportunidad (si queremos, podemos cambiar parte de nuestra vida) lo pueden consultar en esta liga: http://www.box.net/shared/gkdf8g4ct9 (si tienes problemas con el Mozila intenta con el Explorer). Prometo subir en próximos días algunos esquemas-guía de exámenes de conciencia, pero ese será otro tema.
En la siguiente entrada continuaré con los temas pendientes sobre los Apócrifos.