Las misiones Franciscanas son Patrimonio Universal |
Hace algunos días, tuve la oportunidad de realizar un viaje
por el estado de Querétaro, en México, y conocer uno de los legados más
importantes en la historia de mi país, declarado como Patrimonio Universal de
la Humanidad desde el año 2003, pero desgraciadamente poco conocidas y muchas
veces mal entendidas: las Misiones Franciscanas de la Sierra Gorda, construidas
entre 175 y 1760 bajo la dirección del Beato Fray Junípero Serra (quien será
canonizado en septiembre de 2015).
Frecuentemente, en los libros de historia, se presenta
erróneamente como “la Colonia” al período histórico comprendido entre 1521 y
1821 (tiempo que duró la dominación española en México). No es mi objetivo
entrar en una discusión acerca de lo que realmente sucedió en dicho período
(pues es tema de un blog de historia mucho más amplio), pero me limitaré a
decir un par de palabras al respecto, para así poder evaluar en su justa
dimensión el legado de dichas misiones.
El Beato Junípero Serra |
Después del Descubrimiento de América, en 1492, por
Cristóbal Colón, y ante las diferencias entre los indígenas americanos y los
españoles (idioma, costumbres, religión, etc.), se juzgó erróneamente por parte
de los conquistadores que no gozaban de la condición racional, justificando de
esta forma ser tratados como animales. Este hecho no pasó desapercibido por los
grupos de religiosos (franciscanos, agustinos y dominicos) que llegaron a
América: estuvieron en desacuerdo con todos los abusos cometidos y
contantemente reportaban a sus superiores y a Roma esa conducta inadecuada,
pues consideraban que la tarea evangelizadora que se les había encomendado
incluía el mejoramiento de las condiciones de vida de los evangelizados.
Ante la insistencia constante, en especial del primer obispo
de Tlaxcala (primera diócesis de México), el fraile dominico Julián de Garcés y
de fray Bernardino de Minaya (también dominico), el Papa Pablo III revisa la
situación de lo que sucedía en América y a través de la Bula Sublimis Deus (1537) declara que, dado
que los indios de América poseen la condición de seres humanos, deben ser
respetados y no tratados como bestias. Me permitiré copiar unos fragmentos de
la Bula:
Cuando [Jesucristo] dijo: "Id y enseñad a todas las gentes",
a todas dijo, sin excepción, puesto que todas son capaces de ser instruidas en
la fe; lo cual viéndolo y envidiándolo el enemigo del género humano que siempre
se opone a las buenas obras para que perezcan, inventó un método hasta ahora
inaudito para impedir que la Palabra de Dios fuera predicada a las gentes a fin
de que se salven y excitó a algunos de sus satélites, que deseando saciar su
codicia, se atreven a afirmar que los Indios occidentales y meridionales y
otras gentes que en estos tiempos han llegado a nuestro conocimientos -con el
pretexto de que ignoran la fe católica- deben ser dirigidos a nuestra
obediencia como si fueran animales y los reducen a servidumbre urgiéndolos con
tantas aflicciones como las que usan con las bestias.
Prestando atención a los mismos indios que como verdaderos hombres que
son, no sólo son capaces de recibir la fe cristiana, sino que según se nos ha
informado corren con prontitud hacia la misma; y queriendo proveer sobre esto
con remedios oportunos, haciendo uso de la Autoridad apostólica, determinamos y
declaramos por las presentes letras que dichos Indios, y todas las gentes que
en el futuro llegasen al conocimiento de los cristianos, aunque vivan fuera de
la fe cristiana, pueden usar, poseer y gozar libre y lícitamente de su libertad
y del dominio de sus propiedades, que no deben ser reducidos a servidumbre y
que todo lo que se hubiese hecho de otro modo es nulo y sin valor, [asimismo
declaramos] que dichos indios y demás gentes deben ser invitados a abrazar la
fe de Cristo a través de la predicación de la Palabra de Dios y con el ejemplo
de una vida buena, no obstando nada en contrario.
De esta manera, los evangelizadores tenían herramientas para
defender a los indígenas de los abusos cometidos por parte de algunos de los
españoles y tenían mayor libertad para evangelizar y mejorar la condición
humana de los indios. Dicho sea de paso, la clásica visión de “la Cruz junto al
cañón” (evangelizar por medio de la fuerza o violencia) no es exacta en modo
alguno. Sin negar que se cometieron algunos abusos en este proceso, en realidad
fue la Iglesia quien defendió y promovió los “derechos humanos” (recordemos que
la noción de derechos humanos es posterior a esta época) de los indios.
La Corona Española, por su parte, le dio la categoría de
“Territorio de Ultramar” a la Nueva Española, de tal forma que no era una
“colonia”, sino una “extensión” del territorio peninsular, gobernada por el Rey
a través del Virrey. Entre las normas emitidas por la Corona relacionadas con
este punto están las siguientes:
·
Las Indias Occidentales se incorporaban a la
Corona de Castilla, siendo el derecho castellano el que debía regirlas cuando
en la ley india hubiera algún vacío legal.
·
Las leyes de los indios deberían respetarse
siempre y cuando no fueran irreconciliables con la legislación hispana.
·
Las autoridades podían no acatar alguna
regulación de la Corona española cuando ésta no resultara conveniente en su
aplicación (el conocido “obedézcase pero no se cumpla”).
·
En cuanto a la conquista de nuevos territorios,
debía hacerse previo requerimiento pacífico y, en todo caso, no debía
esclavizarse a los indios ni tratárseles mal, lo cual debería ser certificado
por clérigos.
·
Por increíble que parezca, una de las normas
estipulaba una jornada de trabajo de 8 horas con dos de descanso (mucho más
justa que la Ley Federal del Trabajo en México)
Si bien las leyes no se cumplieron en su totalidad, los
frailes, sacerdotes, obispos constantemente denunciaban los abusos y defendían
a los indios en contra de las injustas e ilegales agresiones.
En este contexto (del cual sin duda puede hablarse mucho
más) se da la evangelización de América, en donde más que una imposición de la
fe, se logró hacer una síntesis entre la cultura de los indios y la religión,
expresadas tanto en lo artístico (el llamado “barroco mexicano”, que es el
barroco con elementos indígenas), como en lo religiosos: no olvidemos que los
misioneros les enseñaban el español pero primero aprendían la lengua del pueblo
indígena, enseñaban y oraban en dicha lengua, algunas formas de religiosidad
popular tienen sus orígenes en las costumbres indígenas (como los danzantes) y,
tal vez uno de los ejemplos más claros, Santa María de Guadalupe como la
Evangelizadora de América, pues en su iconografía expresó la fe cristiana en el
lenguaje que los indígenas pudieron entender.
Un ejemplo del barroco mexicano, en Jalpan de Serra, Querétaro |
En próximas entradas hablaré sobre las Misiones Franciscanas
de la Sierra Gorda de Querétaro, la gran figura de los Evangelizadores como
Fray Junípero Serra y algunos elementos importantes de la evangelización en la
Nueva España.
Mi hijo estudió en un colegio de Madrid llamado Fray Junípero Serra.
ResponderEliminarMe contentas que vengas de nuevo por estos rumbos Toño.
Saludos
Así es Manuel, después de mucho tiempo de inactividad regresamos. Realmente es grande el legado de Fray Junípero (y tantos misioneros europeos, especialmente españoles) en América.
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